La talidomida se ha usado en problemas dermatológicos y reumatológicos: eritema nodoso leproso, estomatitis aftosa recurrente, lupus eritematoso discoide, lupus eritematoso sistémico, enfermedad de Behcet, prúrigo nodular, prúrigo actínico, enfermedad de injerto contra hospedero, y más recientemente ha sido aprobada por la FDA para el tratamiento de las úlceras aftosas relacionadas con la infección por el VIH.
TNF y VIH
El factor de necrosis tumoral (TNF) o caquectina es una citocina liberada por los macrófagos que actúa como mediador en el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica. La producción excesiva de este factor se asocia con síntomas de infección, como fiebre, debilidad muscular y perdida de peso.
Se han realizado estudios in vitro, y se ha observado que el TNF-alfa aumenta la replicación del VIH1, en células infectadas por este virus. Se dice que este aumento puede ser inhibido por la adición de talidomida, puesto que va a suprimir la producción de TNF-alfa, tanto in vitro como in vivo. Se ha demostrado que los infectados por VIH1 que poseen otro tipo de enfermedad como la tuberculosis, tuvieron niveles más altos de TNF-alfa que en aquellos pacientes con VIH1 solo. Se estima que la relación de los niveles del TNF-alfa y el VIH1 dependen de ellos mismos, es decir si uno baja el otro también.
Se realizo un proyecto, utilizando talidomida en pacientes con VIH1 con o sin tuberculosis, y se observo un aumento de peso en los pacientes, aproximadamente el 4%. El mecanismo propuesto es un aumento en la síntesis de ácidos grasos y disminución de la lipólisis a través de la inhibición del FNTalfa
Eritema nodoso leproso
TNF y VIH
El factor de necrosis tumoral (TNF) o caquectina es una citocina liberada por los macrófagos que actúa como mediador en el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica. La producción excesiva de este factor se asocia con síntomas de infección, como fiebre, debilidad muscular y perdida de peso.
Se han realizado estudios in vitro, y se ha observado que el TNF-alfa aumenta la replicación del VIH1, en células infectadas por este virus. Se dice que este aumento puede ser inhibido por la adición de talidomida, puesto que va a suprimir la producción de TNF-alfa, tanto in vitro como in vivo. Se ha demostrado que los infectados por VIH1 que poseen otro tipo de enfermedad como la tuberculosis, tuvieron niveles más altos de TNF-alfa que en aquellos pacientes con VIH1 solo. Se estima que la relación de los niveles del TNF-alfa y el VIH1 dependen de ellos mismos, es decir si uno baja el otro también.
Se realizo un proyecto, utilizando talidomida en pacientes con VIH1 con o sin tuberculosis, y se observo un aumento de peso en los pacientes, aproximadamente el 4%. El mecanismo propuesto es un aumento en la síntesis de ácidos grasos y disminución de la lipólisis a través de la inhibición del FNTalfa
Eritema nodoso leproso
El eritema nodoso leproso ocurre en pacientes con lepra lepromatosa y se caracteriza por la aparición de nódulos inflamatorios, usualmente asociados con síntomas como fiebre, pérdida de peso, artritis, neuritis, iritis, linfadenopatía, epidídimo-orquitis o proteinuria; la evaluación histológica revela una vasculitis necrotizante.
La Organización Mundial de la Salud realizó un estudio, confirmando la eficacia de la talidomida en el manejo del eritema nodoso leproso. No se ha demostrado ningún efecto directo contra el Mycobacterium leprae pero se observaron disminuciones de los síntomas y de las lesiones en las primeras 24 a 48 horas de iniciar el tratamiento con talidomida, encontrándose mejoría en la conducción nerviosa, disminución en los niveles del TNF-a, células T y linfocitos T ayudadores; también disminuye la expresión de las moléculas HLA (antígeno leucocitario humano) tipo II en los queratinocitos epidérmicos y la producción de la IgM.
Estos resultados obtenidos, han sido corroborados con estudios de talidomida vs. placebo, y se observo que en los casos donde se empleo talidomida los resultados fueron buenos, un 68%, mientras que en los casos donde se utilizo un placebo fueron de 0%.
Estomatitis aftosa recurrente y síndrome de Behcet
Estudios realizados, han demostrado un gran beneficio del tratamiento de aftosis bipolar y periadenitis con la talidomida.
Los trabajos realizados por Grinspan y por Revuz, han comparado el placebo con la talidomida, y han demostrado una mejoría del 35% o más vs. al placebo, 8%. Por lo general, se requieren dosis de 100 a 200 mg diarios, por 5 a 10 días, con una fase de mantenimiento posterior de 25 a 50 mg, dos veces por semana, para evitar las recaídas que son frecuentes al suspender la medicación.
En cuanto al síndrome de Behcet, se ha observado la cicatrización cas i inmediata de las lesiones ulcerativas, tanto genitales como de la cavidad oral, con recurrencias más leves y menos frecuentes, pero con recaídas al suspender la medicación; en estos casos, parece ser importante el bloqueo de los complejos inmunes circulantes ejercido por el medicamento, frenando así la vasculitis mediada por éstos
La Organización Mundial de la Salud realizó un estudio, confirmando la eficacia de la talidomida en el manejo del eritema nodoso leproso. No se ha demostrado ningún efecto directo contra el Mycobacterium leprae pero se observaron disminuciones de los síntomas y de las lesiones en las primeras 24 a 48 horas de iniciar el tratamiento con talidomida, encontrándose mejoría en la conducción nerviosa, disminución en los niveles del TNF-a, células T y linfocitos T ayudadores; también disminuye la expresión de las moléculas HLA (antígeno leucocitario humano) tipo II en los queratinocitos epidérmicos y la producción de la IgM.
Estos resultados obtenidos, han sido corroborados con estudios de talidomida vs. placebo, y se observo que en los casos donde se empleo talidomida los resultados fueron buenos, un 68%, mientras que en los casos donde se utilizo un placebo fueron de 0%.
Estomatitis aftosa recurrente y síndrome de Behcet
Estudios realizados, han demostrado un gran beneficio del tratamiento de aftosis bipolar y periadenitis con la talidomida.
Los trabajos realizados por Grinspan y por Revuz, han comparado el placebo con la talidomida, y han demostrado una mejoría del 35% o más vs. al placebo, 8%. Por lo general, se requieren dosis de 100 a 200 mg diarios, por 5 a 10 días, con una fase de mantenimiento posterior de 25 a 50 mg, dos veces por semana, para evitar las recaídas que son frecuentes al suspender la medicación.
En cuanto al síndrome de Behcet, se ha observado la cicatrización cas i inmediata de las lesiones ulcerativas, tanto genitales como de la cavidad oral, con recurrencias más leves y menos frecuentes, pero con recaídas al suspender la medicación; en estos casos, parece ser importante el bloqueo de los complejos inmunes circulantes ejercido por el medicamento, frenando así la vasculitis mediada por éstos
Lupus
Esta enfermedad no fue tratada con talidomida sino hasta 1993, y se observo que en lo pacientes con lupus eritematoso discoide, el 15% de ellos mostro cicatrices atróficas en cara, cuero cabelludo, brazos y tronco, estos resultados fueron buenos puesto que el lupus es una enfermedad autoinmune crónica que ataca a las células del organismo y los tejidos, produciendo inflamación y daño debido a la unión de auto anticuerpos a las células del organismo, y al depósito de complejos antígeno-anticuerpo.
Después de ese pequeño experimento, por así decirlo, se empezaron a tratar pacientes y los resultados obtenidos han alcanzado una mejoría del 90%.
En general, podemos decir que los estudios realizados sugieren a la talidomida como una posibilidad terapéutica para las lesiones severas en piel relacionadas con lupus cuando han sido refractarias a otros tratamientos, encontrándose una respuesta muy efectiva con pequeñas dosis, lo cual mejora en forma importante la tolerancia al medicamento.
Después de ese pequeño experimento, por así decirlo, se empezaron a tratar pacientes y los resultados obtenidos han alcanzado una mejoría del 90%.
En general, podemos decir que los estudios realizados sugieren a la talidomida como una posibilidad terapéutica para las lesiones severas en piel relacionadas con lupus cuando han sido refractarias a otros tratamientos, encontrándose una respuesta muy efectiva con pequeñas dosis, lo cual mejora en forma importante la tolerancia al medicamento.
Estomatitis aftosa recurrente y síndrome de Behcet
Estudios realizados, han demostrado un gran beneficio del tratamiento de aftosis bipolar y periadenitis con la talidomida.
Los trabajos realizados por Grinspan y por Revuz, han comparado el placebo con la talidomida, y han demostrado una mejoría del 35% o más vs. al placebo, 8%. Por lo general, se requieren dosis de 100 a 200 mg diarios, por 5 a 10 días, con una fase de mantenimiento posterior de 25 a 50 mg, dos veces por semana, para evitar las recaídas que son frecuentes al suspender la medicación.
En cuanto al síndrome de Behcet, se ha observado la cicatrización cas i inmediata de las lesiones ulcerativas, tanto genitales como de la cavidad oral, con recurrencias más leves y menos frecuentes, pero con recaídas al suspender la medicación; en estos casos, parece ser importante el bloqueo de los complejos inmunes circulantes ejercido por el medicamento, frenando así la vasculitis mediada por éstos.
Los trabajos realizados por Grinspan y por Revuz, han comparado el placebo con la talidomida, y han demostrado una mejoría del 35% o más vs. al placebo, 8%. Por lo general, se requieren dosis de 100 a 200 mg diarios, por 5 a 10 días, con una fase de mantenimiento posterior de 25 a 50 mg, dos veces por semana, para evitar las recaídas que son frecuentes al suspender la medicación.
En cuanto al síndrome de Behcet, se ha observado la cicatrización cas i inmediata de las lesiones ulcerativas, tanto genitales como de la cavidad oral, con recurrencias más leves y menos frecuentes, pero con recaídas al suspender la medicación; en estos casos, parece ser importante el bloqueo de los complejos inmunes circulantes ejercido por el medicamento, frenando así la vasculitis mediada por éstos.
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